“El deber de la gente que escribimos es ser críticos
y mostrar las carencias de la sociedad”.
Carme Riera

Carme Riera vuelve a la novela negra con una historia bastante peculiar. La protagonista, Elena Martínez Castiñeira, es detective privada más por afición que por sus cualidades, las cuales, en muchos casos, brillan más por su ausencia que por su supuesta efectividad. El caso es que una señora madura y entrada en carnes, perteneciente a la presumible clase media alta, quien responde al nombre de Montserrat Bofarull, contrata sus servicios, aconsejada por su vidente de cabecera, y harta del cachondeo de los mossos d’esquadra cada vez que se acerca a una comisaría para denunciar la desaparición de su marido, el empresario Robert Solivella, directivo de una empresa relacionada con la Generalitat catalana. Este hecho le permite a Elena entrar en contacto con la extraña familia Solivella-Bofarull y es el desencadenante de una loca investigación que se desarrolla por los intrincados túneles de la corrupción política e industrial, la violencia de género, la pederastia y algún que otro vicio inconfesable que le sirven a la autora como símbolos metafóricos para denunciar el estado de una sociedad que cada día apesta más. Pero Elena, una joven voluntariosa y con el mínimo orgullo para no dejarse pisotear por los adictos al poder, típicos maletillas en los ruedos de la corruptela, llevada por sus torpes elucubraciones detectivescas, cierra el caso con los huesos de dos personas en la cárcel, a quienes, sin embargo, años después, se les reconocería su inocencia, por lo menos de lo que fueron acusados.

Estamos a principios del siglo XXI y en España se vive la “fiesta” del pelotazo, del dinero fácil y la corrupción barata, y esa ligereza en el incumplimiento de las reglas primarias de la ética más básica, hace aflorar las aguas más tenebrosas que corroen las entrañas de unos seres, a quienes su soberbia les hace considerarse inmunes para poder hacer lo que les venga en gana. Aunque solo era el aperitivo de lo que nos iba a caer. Y en estas aguas revueltas siempre pescan más quienes menos escrúpulos tienen, por lo que no es difícil encontrar en los escalones más altos de la pirámide social a unos seres acostumbrados a dejar la moral colgada de la percha cuando se enfundan el traje de “persona honorable”, seres que tienen prisa en comer y quieren comer a todas horas pues sus estómagos no tienen fondo, seres que prostituyen cuanto tocan y a quienes el trabajo no dignifica, pues eso lo dejan para los otros, mientras ellos compran voluntades, especulan entre lo negro y lo blanco y dedican el resto de su tiempo al cultivo de sus bajos instintos revolcándose en la misma porquería cuya creación financian con su sucio dinero. Coprófilos contumaces que van ascendiendo por las paredes de un espacio en descomposición, incluso alguno, como el asesinado Robert Solivella, coleccionaba ‘caganers’… “Aquí uso cosas más festivas como los ‘caganers’ como excusa para mostrar estas otras cosas que permanecen bajo la alfombra”, dice Carme Riera refiriéndose al estigma general que supone la pederastia, y a las otras lacras como el blanqueo de dinero o la evasión de capitales, ambos delitos solo al alcance de los poderosos quienes, teniendo en sus manos el poder que el pueblo les otorga, les roba con impunidad y se ríen de él, creando leyes que limitan la libertad de expresión.

La propia autora calificó a “Vengaré tu muerte” no exactamente como novela negra, sino más bien, “gris oscuro, porque hay una parte de blanco que lo pone el aspecto humorístico. Porque el humor nos salva de todo”. Ese humor aparece en la ironía, el lenguaje callejero y la forma de expresarse con frases rápidas, cortantes y, a veces, inconclusas, de la protagonista, una joven de 35 años, feminista de origen gallego como homenaje a Vázquez Montalbán, como asegura la autora, que vive en un piso de Sarrià; en la vida cotidiana de una gran ciudad como Barcelona, en las atmósferas de barrio, en el protagonismo del perro de la detective, en la extravagancia de algunos de los personajes o en varias situaciones grotescas.
En conclusión, “Vengaré tu muerte” es una novela que avanza a un buen ritmo que no deja caer el interés, pues todos los acontecimientos se enlazan perfectamente creando una amplia red que interrelaciona la familia central con los temas de actualidad y los casos de corrupción.
Carme Riera nació en Palma de Mallorca el 12 de enero de 1948. Es licenciada en Filología y profesora de Literatura Española en la Universidad Autónoma de Barcelona. En 2013 tomó posesión de la silla “n” en la Real Academia de la Lengua. Escribe en catalán y en español obteniendo su primer éxito literario en 1975 con el libro de relatos Te deix, amor, la mar com a penyora. Su segundo libro de relatos fue Jo pos der testimoni les gavines. Desde entonces ha publicado numerosos libros en diferentes géneros: novela, narrativa breve, infantil y juvenil, crítica y ensayo e, incluso, guiones, recibiendo una gran cantidad de premios a lo largo de su carrera.
